LA JUDERÍA DE SEVILLA
Hola amigos, estos últimos
trabajos que muestro son el producto de haber tenido sensaciones maravillosas
al visitar determinados lugares. Son sensaciones que no se deben quedar solo
dentro, hay que sacarlas y el mejor modo es mostrar eso que te ha impactado y
el por qué.
Quizás sea mi curiosidad al
pensar en otros tiempos y como se vivía entonces, qué músicas escuchaban, como
cantaban, como vivían… realmente son las civilizaciones que nos han precedido
dejando su cultura para que quede constancia de ese tiempo, en ese lugar.
Hay lugares en España que cada
vez que se visitan se produce algo en el alma. Si, se pueden visitar muchas
veces y en cada vez se tienen nuevas sensaciones.
Uno de estos lugares es el
barrio de la Judería de Sevilla.
Algo mágico se quedó prendido en sus calles, en sus paredes, en sus muros…
Casi no se puede describir:
podría ser el silencio que hay, las piedras que pisas, las paredes y muros que
dan sensación de respeto. No se ven ni niños correteando, ni siquiera la gente
habla alto, comentan suavemente. Por tanto, no voy a hablar de la judería como
lugar turístico, voy a hablar de mis sensaciones durante la visita.
Haciendo un poco de historia
podemos considerar los acontecimientos que este pueblo sefardita vivió en
tiempos muy pasados en España desde la época Romana hasta la expulsión por
parte de los Reyes Católicos terminada la Reconquista. Muchos de ellos se
refugiaron en Africa y otros, conversos, permanecieron en la península Ibérica.
La Judería está situada al
lado del Real Alcázar de Sevilla por tanto, digamos que comparten muros. Esos
muros color ocre que dan un colorido espectacular.
Vas paseando por los lugares
bellísimos cercanos que de alguna manera también tienen proximidad y características
similares como puede ser el barrio de Santa Cruz, pero cuando se entra en las
calles donde habitaron los miembros de la comunidad judía de aquellos
tiempos…es otra cosa.
Se siente un ambiente muy
diferente, quizás un tanto mágico porque en el silencio se adivinan sus
conversaciones en la lengua característica que los judíos españoles hablaban o
esas melodías que formaban parte de su cultura.
La música es una de las
manifestaciones más importantes para un pueblo porque reafirma su idiosincrasia
y su cultura y sobre todo queda en la memoria histórica.
Y allá, a lo lejos…hacia la mágica
“Puerta del Agua” , ese pasadizo estrecho, misterioso, sale a un espacio
abierto donde se oye tenuemente una hermosa melodía…Si, como esas melodías de
encantamiento.
Mi curiosidad hace que mi paso
se acelere. Necesito ver de dónde sale esa deliciosa música.
Y allí, al otro lado de la Puerta
del Agua está él, un pequeño ser llamado Manuel
que improvisa en una pequeña flauta una
melodía mágica, bella, deliciosa…
Me paro, escucho su melodía y
hablo con él…Llegué a la conclusión de que Manuel era irreal, un ensueño de mi
imaginación…Pero no, Manuel es real y un ser muy especial que tuve la suerte de
conocer y hablar deliciosamente con él .En el video vosotros también lo
conoceréis.
Y yo me pregunto…¿quién da
más?, quién necesita más en esa jornada mágica como ha sido el paso por la
Calle de la Judería de Sevilla: hermosa, histórica y con muchos años de vida, y
pasar por la encantadora y famosa “Puerta del Agua”.
El video que acompaña este
texto os lo dirá. Las imágenes y la propia música judía sefardí, auténtica de
la época, os dirán de su magia.
Canción: “A ti senor,
rogaré” anónimo del siglo XIV.
Director del grupo: Eduardo
Paniagua.
Maria Dolores Velasco