martes, 11 de julio de 2017

11 - CARTA A UN AMIGO



CARTA A UN AMIGO

Mi querido desconocido y sin embargo amigo:

Ayer te vi en TV y te aseguro que me impresionaste. Tu humanidad en estos tiempos que corren no es muy habitual y menos en los medios televisivos.
Te vi en una acción altamente noble que, reitero, me impresionó.

Estabas tú al borde de un riachuelo cuando observaste que una pequeña avecilla, quizás fuera un polluelo casi recién nacido que se hubiera caído de su nido, llamó tu atención al ver como esa pobre criatura, se debatía en el río entre la vida y la muerte. 
La observaste unos segundos, quizás para reconocer qué era esa pequeñita cosa que se movía en el agua. Tomaste en tus enormes manos una hoja grande y con ella trataste de que esa criaturita menuda se aferrara a la balsa que habías improvisado para su salvación. 

Ya a salvo la posaste en suelo firme y durante unos minutos te dedicaste a secarla muy tiernamente y cuidadosamente porque era muy pequeña y delicada, posiblemente cada uno de tus dedos era mayor que esa avecilla. Qué ternura, se adivinaba en tu rostro…amigo, tu acción me conmovió…

Esta maravillosa acción merecedora de todo el reconocimiento del mundo, tu ternura y madurez para llevar a cabo una labor semejante, hoy día, en que la crueldad para con las personas y ni qué decir con los animales ya ni nos impresiona porque los humanos somos así, cuando hay acciones repetitivas se nos hace costumbre y ya no nos conmueve nada por muy abyectas que sean nuestras acciones, ha sido un revulsivo en mi conciencia y motivo de asombro cuando, en realidad, si lo miras de cerca y sin prejuicios, es la acción más natural que un ser vivo puede realizar.

No creo que llegues a leer  esta carta que con tanto amor y respeto te mando porque supongo que todavía no sabes leer porque nadie te ha enseñado ya que eres tan solo un orangután. Sí, amigo mío, tú eres un orangután de una especie no humana…¡¡que ironías tiene la vida!! Yo relato tu acción “humanitaria” y resulta que no eres humano… Esto me hace pensar…A lo mejor estas acciones no son humanitarias sino simplemente son acciones naturales de los seres vivos que se respetan, se cuidan, en una palabras se aman…porque el amor a la naturaleza lo llevan en sus genes.
Y entonces… ¿por qué la especie humana no “recuerda” estos genes? ¿Qué involución hemos sufrido los seres humanos para que ya no nos queden estos rasgos?

Mi amigo en el alma, tu bondad y respeto a un ser vivo por muy insignificante que sea me hace reflexionar muy profundamente sobre nuestro comportamiento humano…por llamarle de alguna forma, porque creo que ese calificativo de “humanidad” debe quitarse del diccionario como sinónimo de:

Sensibilidad
Compasión
Misericordia
Piedad
Bondad
Caridad
Filantropía
Amor al prójimo
Benignidad
Afabilidad
Mansedumbre
Benevolencia

Si cada uno de los “humanos” que pueden leer esta carta hicieran una pequeña reflexión sobre cada una de las acepciones que aparece en el diccionario seguramente que, o bien, decidiría que no son sinónimos de HUMANIDAD o, en el mejor de los casos decidirían cambiar para que estas palabras maravillosas se convirtieran en realidades…
Orangután, amigo mío, siempre te recordaré y, aunque nunca te podré conocer personalmente sabes que entre los que nos llamamos “humanos” tienes una gran amiga que te respeta y te ama.

Un fuerte abrazo

María Dolores Velasco

-Este suceso ocurrió hará unos 5 ó 6 años. Lo escribí y lo subí a una página literaria donde yo escribía en esos momentos. 
El hecho de incluirlo a este blog es porque está en perfecta sintonía con la temática del mismo.  Según mi opinión es de las cosas más amables (amable= digno de ser amado) que he visto.